Monseñor Francisco Pérez nombrado
arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela
OMPRESS-MADRID
(3-09-07) Monseñor Francisco Pérez González tomará posesión como
Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela el próximo día 30 de septiembre
en la Iglesia Catedral de Pamplona a las 17,30 horas.
El martes 31 de
julio, la Santa Sede hizo público que el Papa Benedicto XVI había
aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis de
Pamplona y de la diócesis de Tudela presentada por Mons. Fernando
Sebastián Aguilar en conformidad con el canon 401, párrafo 1, del Código
de Derecho Canónico. El Santo Padre ha nombrado a Mons. Francisco Pérez
González, como titular de las Sedes Episcopales de Pamplona y Tudela, en
la actualidad Arzobispo Castrense, desde el 2003, y Director Nacional de
las Obras Misionales Pontificias en España, desde el año 2001.
Mons. Francisco
Pérez seguirá alternando su labor episcopal con su responsabilidad como
Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias.
Mons. Francisco
Pérez González nació el día 13 de enero de 1947 en la localidad
burgalesa de Frandovínez. Estudió en los Seminarios diocesanos de
Burgos, en la Pontificia Universidad Santo Tomás “Angelicum” de Roma y
en la Universidad Pontificia de Comillas, donde se licenció en Teología
Dogmático-Fundamental.
Fue ordenado
sacerdote el 21 de julio de 1973, incardinándose en la diócesis de
Madrid, a la que sirvió como Vicario parroquial, en dos parroquias,
entre 1980 y 1986. Con anterioridad, de 1973 a 1976, ejerció el
ministerio parroquial en Burgos. Entre 1986 y 1995 fue formador y
director espiritual del Seminario Diocesano de Madrid. Colaboró asimismo
en los equipos de dirección espiritual del Seminario Diocesano de Getafe
y del Seminario Castrense.
El 16 de diciembre
de 1995 fue nombrado Obispo de Osma-Soria, recibiendo la ordenación
episcopal de manos del Santo Padre Juan Pablo II el 6 de enero de 1996.
El 30 de octubre de 2003 se hacía público su nombramiento como nuevo
Arzobispo Castrense y el 11 de diciembre tenía lugar la celebración de
toma de posesión.
Desde el 12 de
febrero de 2001 es el Director Nacional de Obras Misionales Pontificias.
En la CEE ha sido
miembro de las Comisiones Episcopales del Clero y de Seminarios y
Universidades entre 1996 y 1999 y desde 1999 lo es de la Comisión
Episcopal de Misiones y Cooperación con las Iglesias.

Fallecimiento de cuatro misioneros en
el mes de agosto
OMPRESS-MADRID
(3-09-07) Mons. Enrique Pélach y Feliu falleció a los 89 años de edad en
la ciudad de Abancay, Perú, donde fue Obispo durante 24 años, quien
desarrolló gran parte de su carrera sacerdotal en dicho país.
La Conferencia
Episcopal
Peruana destacó la labor sacerdotal y episcopal que desempeñó monseñor
Enrique Pélach y Feliu en el Perú.
"Los Obispos del
Perú convocan a todos los fieles elevar sus oraciones a Dios por el
descanso eterno de su alma y a darle gracias por el don de su vida, así
como por la generosa labor sacerdotal y episcopal que desempeñó al
servicio de la Iglesia en el Perú", indica el comunicado.
Monseñor Enrique
Pélach y Feliu, nació el 3 de octubre de 1917 en Gerona (España). Desde
su infancia, latía en él un afán misionero. Ingresó en el Seminario de
su ciudad natal, y cursó también estudios en la Universidad Gregoriana
de Roma. Fue ordenado sacerdote en enero de 1944.
A los pocos meses
de ser creada la Prelatura Nullíus de Yauyos, en 1957, fue uno de los
cinco sacerdotes pioneros que llegaron al Perú para iniciar allí su
labor misionera junto al primer prelado, Monseñor Ignacio de Orbegozo.
Desde 1957 hasta 2004, trabajó incansablemente en Perú, primero en
Yauyos. El 25 de junio de 1968 fue nombrado Obispo de Abancay,
recibiendo el 14 de julio del mismo año el Orden Episcopal. Ejerció el
gobierno pastoral de dicha jurisdicción hasta el 1 de diciembre de 1992.
Resalta en su obra episcopal la creación del Seminario Mayor "Nuestra
Señora de Cocharcas" y el Seminario Menor "San Francisco Solano”.
El sacerdote
sevillano Miguel Benítez Gutiérrez, que se encontraba ejerciendo su
ministerio en Brasil, falleció el 28 de agosto como consecuencia de un
accidente de tráfico en dicho país.
Miguel Benítez
Gutiérrez, que contaba con 49 años de edad, había nacido en la localidad
sevillana de Tocina el día 5 de julio de 1958, fue ordenado sacerdote en
Sevilla, el 4 de octubre de 1988.
Actualmente era
vicario general de la Prelazia de Itacoatiara Amazonas, además de
párroco de la parroquia catedral de Nossa Senhora do Rosario en
Itacoatiara, encontrándose de misionero.
El padre Miguel
Benítez había abierto en aquella zona varias escuelas de niños, como la
de Feira de Santana, en la región de Bahía, donde se prestaba atención
médica y recibían alimentación y educación a 250 niños.
A primera hora del
miércoles 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Virgen a los
cielos, fallecía en Arbancón, Guadalajara, el sacerdote diocesano Eloy
Guijarro Abajo. Tenía 66 años. Desde 1984 era misionero en Venezuela,
país en el que fue delegado de los misioneros de la OCSHA (Obra de
Cooperación Sacerdotal con Hispanoamérica).
Eloy Guijarro,
nacido en Angón el 25 de junio de 1941, fue ordenado sacerdote el 18 de
febrero de 1967. Fue párroco de Arbancón y anejos hasta 1984, en que
marchó a la parroquia de Cabudare (Venezuela). En el último año la
enfermedad le había apartado de la misión, a la que, no obstante,
regresó recientemente.
Meses atrás, la
comunidad parroquial del "Sagrado Corazón de Jesús" de Cabudare, a tenor
del gran trabajo pastoral desarrollado por su párroco, solicitó, a
través del arzobispo de Barquisimeto, que la Santa Sede le concediera la
distinción pontificia de capellán de honor de Su Santidad el Papa,
título que conlleva el tratamiento de monseñor.
El día 28 de
agosto, por la noche, fallecía en Brasil el padre Jaime Barceló Enseñat,
misionero de la Fraternidad Misionera Verbum Dei. Había ido desde
México, donde estaba destinado, a Brasil para predicar unos Ejercicios
Espirituales de la Fraternidad en Brasil. Después de los Ejercicios tuvo
una pancreatitis leve, que posteriormente se fue complicando.
Jaime Barceló
nació en Petra (Mallorca) el 18 de noviembre de 1937 y fue ordenado
sacerdote de la Diócesis de Mallorca el 28 de diciembre de 1962.
Posteriormente fue uno de los pioneros de la Rama de los Misioneros de
la Fraternidad Misionera Verbum Dei, fundada poco después, y ha sido
siempre un colaborador muy cercano del Fundador, el padre Jaime Bonet
Bonet. Puede ser considerado como un pilar fundamental de la Fraternidad
desde los inicios fundacionales por su labor incansable de
acompañamiento espiritual y su testimonio de una entrega total y alegre,
sobre todo a la evangelización de los más pobres en diversos lugares de
África y de América.
El Presidente de
la Fraternidad, padre Antonio Velasco Jiménez, se desplazó hasta Brasil
al tener conocimiento del agravamiento de la enfermedad y acompañar en
los últimos momentos a este misionero que murió como él quería, en plena
realización de su misión.
Jaime dejó escrito
su propio epitafio:
“Poned sobre
mi tumba mi nombre: JAIME
Y mi apellido: SACERDOTE
y nada más.
Porque jamás he sido
ni querido ser
otra cosa.
Cuidad de que mis manos queden libres
o atadas por la cinta de mi Ordenación Sacerdotal.
Y nada más…
Morir solo es morir. Morir se acaba.
Morir es hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
Y encontrar lo que tanto se buscaba.”

VI edición del Ágora de los jóvenes
del Mediterráneo
OMPRESS-MADRID
(3-09-079 Como en las ediciones anteriores España participa en la VI
edición del Ágora de los Jóvenes del Mediterráneo que se celebra cerca
del Santuario de Loreto (Italia) del 29 agosto al 9 de septiembre. Este
año lleva por lema “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos
verán a Dios”. La representación española está formada por Francisco
Azorín, sacerdote de la diócesis de Murcia, y Enrique Hernández, joven
de la diócesis de Coria-Cáceres. Ellos son los encargados de hacer
presente a la Iglesia española en este encuentro que reúne a jóvenes
católicos de todo el litoral mediterráneo.
Este año el
programa se centra en la necesidad de la limpieza de corazón para vivir
la vida cristiana y por eso se tratarán temas tan diversos como la
santidad bautismal, la honestidad en la vida pública, económica
política… o la enseñanza moral de la Iglesia respecto de la sexualidad.
Todos ellos tienen en común la necesidad de que el cristiano se
relacione con las personas en base no a su interés egoísta sino desde la
libertad interior que busca el bien del otro según el plan de Dios. Se
propondrá, además, el tema de la “purificación de la memoria” en
relación con situaciones de conflictos históricos, buscando las formas
de vivir la reconciliación entre personas, países y pueblos.
La presente
edición ha estado precedida por la participación el fin de semana pasado
en el Ágora de los Jóvenes italianos, que han celebrado un encuentro con
el Santo Padre en el mismo lugar. El programa concreto de esta edición
del Ágora inicia hoy en Roma con la visita a los lugares esenciales de
la vida cristiana como manera concreta de entrar en contacto con el
valiente testimonio de los primeros cristianos, incluido el de san Pedro
con la visita a las excavaciones del Vaticano y celebrando la santa Misa
junto a la tumba del Siervo de Dios Juan Pablo II. Mañana están
previstas diversas visitas institucionales, para profundizar en el tema
de la participación del cristiano en la vida pública y pasado mañana la
jornada transcurrirá en Asís como un día de profundización en la
espiritualidad cristiana guiados por la experiencia y el testimonio de
san Francisco de Asís y santa Clara. Los días posteriores son de trabajo
en el Centro Juan Pablo II de Loreto con diversas ponencias, trabajo por
grupos, cine-forum, momentos de oración de celebración, de compartir
espontáneo…, participando el día 8 de septiembre en las celebraciones
marianas del Santuario de Loreto.
El Ágora de los
Jóvenes del Mediterráneo tiene como objetivo el ser un lugar de
encuentro, de diálogo y de formación cristiana para estos representantes
de las Iglesias del Mediterráneo, algunas de gran tradición como las del
medio Oriente, otras muy pequeñas como las del norte de África o en
condiciones de grandes dificultades como las de los Balcanes o inmersas
en una sociedad muy plural como las del sur de Europa. La oportunidad de
compartir todos juntos la experiencia de fe en Jesucristo ayuda a los
jóvenes a enraizarse personalmente en ella y a comprender la importancia
de vivirla en el seno de una Iglesia que es comunidad de fe y amor y
abierta a la universalidad desde contextos sociales, culturales, etc.
muy diferentes para hacer llegar el mensaje del Evangelio a todos los
hombres.
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