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Pedro Manuel Salado, el
misionero que dio su vida en Ecuador, protagonista del Día de la
Constitución en Chiclana
100 años de los
dehonianos en Camerún: 165 misioneros después
Daniel Villaverde: "Continúo con
mi trabajo pastoral y misionero en este rincón del norte de Kenia"
"Cuando un anciano muere, un
trocito de mi corazón se va con él", dice la misionera en Zimbabue
Rosa Abad |
Pedro Manuel Salado, el misionero que dio su vida en Ecuador, protagonista del Día de la Constitución en Chiclana OMPRESS-CHICLANA DE LA FRONTERA (5-12-12) Mañana 6 de diciembre el ayuntamiento de Chiclana en el acto conmemorativo del Día de la Constitución entregará a título póstumo la Medalla de Oro de la ciudad a Pedro Manuel Salado, el misionero que dio su vida en Ecuador por salvar la de siete niños. Según recoge el Diario de Cádiz, Ernesto Marín, alcalde de Chiclana, explicó que este acto adquiere este año un “significado especial, ya que se unen en un mismo día la conmemoración de la consagración de nuestros derechos y libertades con la entrega de la Medalla de Oro, uno de los más altos honores que el Ayuntamiento concede, en esta ocasión a Pedro Manuel Salado, una persona que dio su vida por los demás” y al que calificó de “héroe”. Ernesto Marín quiso destacar que la coincidencia de la celebración de ambos actos los enriquecerá mutuamente. Animó, por ello, a los chiclaneros a asistir este próximo jueves, 6 de diciembre, al Teatro Moderno al homenaje a este "hombre bueno y demostrar así el profundo agradecimiento de su pueblo ante una hazaña heroica, fruto de su compromiso firme de servicio a los demás, de entrega y dedicación plena a los más desfavorecidos". Al acto asistirá el cónsul general de Ecuador en Andalucía Occidental, Héctor Salgado Rodríguez, además de la presencia de miembros de la Familia Eclesial Hogar de Nazaret, a la que pertenecía el misionero. Según recoge el diario gaditano, la jornada institucional se iniciará a partir de las 12:00 horas, con la interpretación de los himnos de Europa, España, Andalucía y Chiclana, a cargo de la Orquesta de Metales de la Banda de Música Municipal Maestro Enrique Montero. Posteriormente, los portavoces de los cuatro grupos políticos con representación en el Consistorio realizarán una alocución. Tras una breve pausa, comenzarán los actos propios del homenaje a Pedro Manuel Salado, en los que están previstas las intervenciones del juez instructor del expediente de concesión de la Medalla de Oro de la ciudad, Nicolás Aragón; de un representante de la familia de Pedro Manuel Salado, que recogerá la Medalla de Oro, y del alcalde. Además, participarán los alumnos de la Escuela Municipal de Teatro que, bajo la dirección del actor y director teatral Antonio Estrada, ofrecerán una dramatización de la vida del misionero. Asimismo, el grupo de Voces Blancas del Conservatorio de Chiclana, compuesto por una treintena de niños, dirigido por Jesús Gaudín, interpretará el himno del Hogar de Nazaret y una composición en homenaje a Pedro Manuel Salado. Pedro se consagró al Señor en el año 1990 y hasta 1998 vivió en el Hogar de Nazaret de Córdoba, cuando fue destinado a la misión de Quinindé, Ecuador. Allí dirigió un Hogar y la Escuela-Colegio Sagrada Familia de Nazaret, con una entrega reconocida por aquellos que lo conocían. Falleció el 5 de febrero de este año, en una playa de Atacames, exhausto, al salvar a siete niños de morir ahogados en un mar embravecido.
100 años de los dehonianos en Camerún: 165 misioneros después OMPRESS-CAMERÚN (5-12-12) El 30 de noviembre de 1912 llegaban los primeros Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, los dehonianos, a Camerún. Lo que entonces no era más que un destino misionero es hoy una provincia de esta congregación, con superiores y formadores cameruneses y con muchas vocaciones. La provincia camerunesa de los padres dehonianos lo ha celebrado el pasado 29 de noviembre con una mesa redonda en la localidad de Nkongsamba, moderada por el padre Leopold Mfouakouet, Superior Provincial, en la que se ha desarrollado el tema: “Cien años de evangelización SCJ en Camerún”. Ha seguido una adoración eucarística, en la que se ha dado gracias a Dios por el siglo de presencia de la familia dehoniana en Camerún. La jornada terminaba con un concierto de música religiosa, animado por cuatro coros provenientes de diversas parroquias de Nkongsamba. El día 30 de noviembre, fecha del aniversario, se celebraba una Eucaristía presidida por Mons. Dieudonné Espoir Atangana, Obispo de Nkongsamba. En el curso de la misma un religioso camerunés, el padre Ghislain Cardin Djietcheu, ha emitido su profesión perpetua. Por Camerún han pasado 165 misioneros dehonianos desde su llegada al país en 1912. Y su labor se nota año a año en las vocaciones: este mismo año, en enero se ordenaba un sacerdote, en abril otros tres sacerdotes, en agosto 7 nuevas profesiones de religiosos y el escolasticado Jean Dehon de Ngoya cuenta con 24 cameruneses en formación – además de siete congoleños, un centroafricano, un nigeriano y un angoleño. Todo su equipo de formadores es camerunés. En Camerún los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús están presentes en Bafoussam, Bankoup, Mfou, Ndoungué, Ngoya, Nkongsamba y en la capital, Yaoundé.
Daniel Villaverde: “Continúo con mi trabajo pastoral y misionero en este rincón del norte de Kenia” OMPRESS-KENIA (5-12-12) “Muchos saludos desde ‘el gran Marsabit’, con la bonita sorpresa de que este año han venido las lluvias adelantadas y las estamos disfrutando y esperamos que duren. Una vez más el panorama y el ambiente empieza a cambiar, hemos cambiado el polvo por el barro, los tanques vuelven a estar llenos de agua y el color verde se va imponiendo a los amarillos y grises. La gente se ve más contenta y animada y los animales se ven saludables y relajados. De momento solo está lloviendo en la montaña… seguimos mirando al cielo y esperando que la lluvia se extienda a las llanuras, sabanas y mesetas”. “He estado fuera visitando los poblados y capillas más alejados… ahora tendré un par de semanas más tranquilas y relajadas aquí en el centro… en nuestra ‘pomposa catedral’ de Marsabit. Mi cumpleaños transcurrió bien y lo celebramos las tres comunidades juntas, el Domingo del Domund por la noche, una vez que regresamos de los diferentes compromisos pastorales en las varias capillas. Las Hermanas prepararon una tarta de bizcocho y chocolate y nosotros el pollo con arroz”. “Por mi parte continúo con mi trabajo pastoral y misionero en este rincón del Norte de Kenia. Precisamente hace unos días tuvimos una ordenación de diacono, de un seminarista gabra, de hecho el primero de esta tribu. Así que ya os podéis imaginar el tinglado que se montó y como estamos en la Catedral nos tocó a la comunidad comboniana organizar la celebración, dar alberge a unas 300 personas que venían de más lejos, y dar comida a unas ochocientas personas. Pero no os asustéis aquí es todo muy rústico, sencillo, familiar y casero, como en nuestra España de los cincuenta: 10 enormes ollas de arroz, 4 ollas de carne de vaca –matada para la ocasión- y varias ollas más pequeñas con patatas y berza. ¡Todo un banquete! Con muchos cantos y danzas locales de todos los grupos presentes… solo faltaron salsas, jotas o bulerías. Por gajes del oficio, yo solo pude participar en los preparativos, en mi calidad de administrador, pues el sábado me marchaba muy temprano rumbo a Katilo, en Turkana para asistir al entierro de un joven maestro de unos 35 años, Michael Ewoi, que murió de cáncer de huesos el miércoles de la semana pasada. Conocí a Michael en Katilo y Lokori cuando era un chaval de la escuela primaria, desde entonces hemos sido grandes amigos y luego ya de maestro, cuando se casó, también de su mujer y de sus niños, pues de hecho deja cinco niños… y estoy estudiando la posibilidad de apadrinar a uno de ellos, Ekitela, de unos 8 años. Michael solía visitarme todos los años durante sus vacaciones de Navidad para ayudar en las actividades y celebraciones de los turkana de Marsabit. Normalmente nos es difícil participar en este tipo de acontecimientos, sobre todo en lugares muy lejanos, pero esta vez he sentido una necesidad, que venía de dentro, de estar presente y de alguna manera decirle ‘a-Dios’ y consolar a la familia. Es curioso ver cómo la vida nos golpea a veces de la manera más inesperada, pues aparte de la muerte de uno de mis hermanos y otros familiares y amigos en esos lares, el pasado 16 de agosto otro de mis grandes amigos, Paulo Muthuku, también rondando los treinta, fue acribillado a balazos, cerca de su casa aquí en Marsabit, por la estúpida razón de que le confundieron con otra persona. Paulo trabajaba para las Hermanas de la Caridad (Madre Teresa de Calcuta) como una especie de ‘factotum’ y como persona de confianza. Como dice la canción su muerte deja un ‘espacio vacío que no se puede llenar’… y somos muchos los que le echamos de menos… pues era una de esas raras joyas de personas que siempre está ahí para echarte una mano, aun antes de que se lo pidas… honesto, sencillo, amable, generoso, trabajador incansable… Recuerdo que esa semana me tocó celebrar en las dos misas de la Catedral y en la homilía lanzamos un grito en favor de la vida, que viene de Dios y a él le pertenece, pues nos la da como regalo que debe ser aceptado, respetado, protegido en toda circunstancia y aprovechado al máximo. Lanzamos un grito en favor de la Justicia, que sea capaz de identificar y poner en la cárcel a los culpables. Lanzamos un grito por la Paz, para que cosas así no tengan cabida, no vuelvan a suceder con total impunidad ‘nunca mais-nunca jamás’. El lunes y martes siguientes fuimos con una delegación a entrevistarnos con las autoridades y expresarles nuestra indignación y nuestro deseo de que se haga Justicia. De hecho sí parece que han arrestado a varios de los culpables. Por lo demás la vida sigue adelante, con los trabajos de todos los días y los pequeños milagros que nos ayudan a poner equilibrio en la balanza de nuestros pensamientos y sentimientos. Hace varias semanas logré visitar uno de los poblados más alejados, más de cien kilómetros y donde tenemos una escuela móvil, con dos tiendas regalo de Unicef. Allí me hablaron de una joven madre que había sido mordida por una serpiente en un brazo y necesitaba tratamiento urgente. La trajimos al Hospital de Marsabit, con toda la incomodidad de nuestro coche. Recuerdo que la fui a visitar dos días después con algo de leche y bananas y ya la encontré más recuperada. La semana pasada he vuelto a su poblado ‘Yaa Galbo’ para ayudarles a trasladar las tiendas-escuela y para mi sorpresa al final del día la enferma, ahora curada y sonriente, había preparado el té y algo de comer en señal de agradecimiento”.
“Cuando un anciano muere un trocito de mi corazón se va con él”, dice la misionera en Zimbabue Rosa Abad OMPRESS-SEGOVIA (5-12-12) La hermana Rosa Abad, misionera Hija del Calvario, de paso por su tierra segoviana, nos deja este testimonio de su misión en Zimbabue: “Mi ilusión siempre fue África y así llegué a Zimbabue en marzo de 1981 justo un año después de la independencia. Llegaba cargada de ilusión y con el inglés aprendido, cosa que muchas de mis hermanas no tuvieron oportunidad. Yo lo pude hacer porque cuando me destinaron a Rhodesia (que así se llamaba entonces) había guerra y entonces no era prudente entrar en el país; total que cómo podéis ver, tuve la suerte de llegar a un país libre y lleno de ilusión. Mi primer destino fue a una misión llamada de Sagrado Corazón; estaba encargada de los club de costura mientras me ponía en manos de un experto en lenguas, el P. A. Moreno, para que me enseñara nambyia que es una de las lenguas que allí se hablan y me ponía un poco al corriente de su cultura y costumbres. También estaba en una nueva comunidad y tenía que aprender mucho pues era una comunidad internacional compuesta por hermanas españolas y locales de diversas tribus y lenguas. Al principio piensas que el aprender otra lengua y cultura es algo así como un estudio que al final te dan el diploma y ya ‘has pasado la hoja’. Cuando va pasando el tiempo, descubres que hay muchos tropiezos, que no se llega y que no entiendes; pues bien todo ello se debe a que estamos vivos y a la vida nunca se la puede atar y siempre evoluciona. Y ¡ay! del que se crea por encima de los demás, cuando menos lo piense, en cualquier situación o acontecimiento ¡zas! se rompen los moldes y te das el batacazo. Bueno pues algo así he pasado yo. Por otra parte descubres la gran riqueza que encierra la vida y cuando logras un pequeño avance, venga de donde venga, al terminar el día no dejas de dar gracias a Dios por ello; has abierto los ojos del corazón para ver que TODO viene de ÉL. Esto me llevó a descubrir que todos somos DON y como don en la medida que lo ponemos al servicio de los demás, haremos que la vida siga creciendo. Después de unos años en mi trabajo de costura y pastoral con las mujeres, mis superioras me pidieron ir por 6 meses a ayudar a la Casa de ancianos. Esto fue en abril del 1986, hoy estamos en el 2012 y continúo con los ancianos. Comparto con ellos su vejez, esa vejez a la que todos llegaremos tarde o temprano pues como yo digo: Una vez nacido, todos tenemos nuestro carné de identidad y aquí nadie puede robar o adelantar al otro. Los ancianos me están enseñando a vivir; están cargados de historia y en este caso, de muchas desgracias ya que los que están en la Casa, ninguno tiene oficialmente familia ni pensión con la que disfrutar un poco, como diríamos en la lengua común: son el desecho de la sociedad. Yo os puedo decir que ellos con su historia, su vida me han enseñado y enriquecido; a mí en muchas cosas; también ‘enfadado’ pero el cariño y el amor siempre vence; ELLOS son los que me han evangelizado a mí pues me ayudan a ser mejor persona ya que me dan la oportunidad de luchar por darles una vida tranquila y feliz en sus últimos días y mucho cariño; aunque muchas veces pienso que es mucho más lo que de ellos recibo. Lo que sí os puedo decir es que desde que se abrió la Casa en 1983, ya han partido a la casa del PADRE más de 115 ancianos, y que cuando otro parte, un trocito de mi corazón se va con él pues a la muerte nadie se acostumbra. Y también que todos los que trabajamos con ellos, nos quedamos contentos, hemos tratado de cuidarles y hacerles felices y se han ido con la paz de ir a reunirse con sus antepasados, con el buen Dios misericordioso que a todos nos espera”.
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